Lemon curd
El lemon curd no es más que una crema con fruta que hemos heredado de la repostería inglesa del siglo XIX. La encontraréis también con naranja, mandarina, lima o hasta con frutos rojos. Su base es muy sencilla, huevos, azúcar, mantequilla, zumo y batirla hasta que coja cuerpo. Pese a que originalmente era un sustituto de la mermelada para los scones de media tarde, se puede utilizar para casi cualquier cosa. Sobre las tostadas del desayuno, como relleno a una tarta o los más osados incluso a cucharadas directamente. Pensad en una crema pastelera y sus infinitas combinaciones; pues esto igual.
En casa es una de esas cosas que suelo tener en la nevera porque dura bastante tiempo en perfecto estado y con que rellenes cualquier cupcake o bizcocho improvisas un postre arreglado sin casi trabajo.
A los que os apetezca tener algo casero sin querer grandes trabajos os la recomiendo. Me encanta con chocolate, con pan, o incluso a cucharadas. Pero soy una fanática del limón. Si os resulta muy ácida sumadle algo de azúcar. Si os apetece ponedle un poco de la pulpa del zumo. Según qué limones tengáis vosotros mismos vereis qué le conviene más. Ya veis que no tiene misterio. Animaos a hacerla vuestra.
Ingredientes.
– 3 huevos
– 220gr de azúcar blanquilla
– 100gr de mantequilla a temperatura ambiente
– 150ml de zumo de limón
Proceso.
En un bol de vidrio batimos uno a uno los huevos, añadimos el azúcar y mezclamos hasta tener una pasta homogénea. Sumamos el zumo y batimos hasta integrar ambas mezclas.
Calentamos un cazo de agua y ponemos el bol al baño maría. Poco a poco sumamos la mantequilla a dados, deshaciendo cada pedazo antes de incluir el siguiente. Con la espátula removemos hasta hacer una única masa. No os preocupéis si os cuesta mezclar la mantequilla de entrada, es normal. Id dándole y en poco tiempo quedará homogéneo.
Miramos el reloj, graduamos el fuego para que el agua no llegue a hervir y con unas varillas batimos y batimos hasta engordar la mezcla. Poco a poco el huevo se irá cociendo al baño maría y toda la mezcla irá cogiendo cuerpo. No os desesperéis si se os hace lento, yo suelo tardar entre 35 y 50 minutos según quiero que esté más denso o más suave. Pensad que al enfriar y reposar aun se densifica más.
Cuando tengamos la consistencia que buscábamos retiramos del fuego, colocamos en un bote de cristal y dejamos templar semitapándolo. Cuando haya perdido el calor quitamos el agua condensada del interior del bote y a la nevera con ello. En unas doce horas al frío habrá crecido un poco, cogido más cuerpo y ya estará listo para comer y disfrutar!
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[…] – 4 cucharas de lemon curd (podéis consultar la receta aquí) […]